Kata ton daimona eaytoy.

domingo, febrero 20

La cabecita despierta.


Resbalando las veredas,
el barrio lo encandiló.
Dando vueltas las esquinas
tocó placeres, tocó dolor.

Se enamoro de la vida.
Todos los días, todas las noches,
desayunó con las damas,
la cena se la salteó.

Va caminando sin rumbo,
lleva la calma del vagabundo.
Pero dejando la vida,
donde mande la ocasión.

Pero algunos pajaritos
no se pueden encerrar.
Se les va apenando el alma,
de pronto ya no quieren cantar.

1 comentario:

Sabúl dijo...

¡¡¡vamo arriba hermano che!!!
Así defino a la vela yo.