Soy Franco Vitale.
Tengo Dieciséis años, un teclado y al parecer un problema bastante horrible.
Busque ayuda y encontré muchas recomendaciones. Una de ellas fue hacer esto.
Y acá estoy, señoras y señores.
Me parece que la vida está hecha, entre otras cosas, de sensaciones.
A continuación, te voy a describir las sensaciones que me producen esta cosa horrible que siento:
Me siento como una especie de tortuga que quedó caparazón abajo y le da mucho trabajo poder voltearse y seguir con su lento caminar.
Creo que me cuesta concentrarme en mi mismo, viéndome desde el punto de vista de un tercero.
Siento mucho enojo y angustia, ganas de poder pelear contra mi mismo y ganarme, cagarme a trompadas.
Pero no puedo, cosa que me enoja y angustia aún más. Impide el buen fluir de mi existencia, creando una especie de colador en el que se quedan sentimientos que realmente quiero dejar ser, y dejando pasar otros que quiero retener en algún oscuro y vizoso sitio dentro de mi ser.
Tengo muy claro que el tiempo va a solucionar este estado de mi cuerpo y mente, pero, la urgente necesidad de dicha solución cambia mi percepción del tiempo haciendo que se vuelva más lento.
Ya ha pasado otras veces. Pero es un boomerang que volvió con mucha más fuerza gracias a algunos factores.
Puedo abstraerme de este estado con mucha dificultad, por un corto período de tiempo, logrando concentrarme en algunas otras cosas.
Aún así, mi mente se las arregla para presentarme imágenes y voces que siento a bajo mi piel y cubren toda mi persona.”
Suspiro y espero.
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